Jorge Castellanos | Cultura afrocubana: 1 α 1 2 3 4 ω · 2 α 1 2 3 4 ω · 3 α 1 2 3 4 ω · 4 α 1 2 3 4 5 6 ω |
Ediciones Universal, Miami 1988, págs. 117-179
La historiografía cubana tradicional sostenía que la Isla había permanecido en total letargo socio-económico hasta que los ingleses tomaron la plaza de La Habana, abrieron las puertas del comercio y desataron, como por arte de magia, las fuerzas que iban a crear una nueva sociedad en la Gran Antilla. Ya Ramiro Guerra, en su hora, había discrepado de estos criterios. Recientemente –como vimos en el capítulo anterior– Leví Marrero ha demostrado que la agresión británica fue precedida por seis décadas de sostenido crecimiento de la economía criolla y por la aparición de una oligarquía burguesa autóctona que, sobre la base del desarrollo de las plantaciones azucareras, funda el moderno régimen de capitalismo esclavista que domina la vida del país hasta la penúltima década del siglo XIX. La revolución económica. En el último tercio del siglo XVIII, pues, Cuba está madura para la revolución que ha de transformar sustancialmente su estructura social. Hasta entonces –como señaló Ramiro Guerra– «las leyes de restricción mercantil habían impedido el desarrollo en gran escala del capitalismo y de la esclavitud. Cuba, en la época, se aproximaba más a la condición de una provincia española, qué a una colonia de plantaciones...». Pero ya en la década de 1760 la Isla cuenta con población y base económica suficientes para dar el gran salto y, además, con una clase capitalista criolla capaz de dirigirlo.
Facsímil del original impreso de este capítulo en formato pdf
www.hispanocubano.org |